El nombre.

 El día que nací ya tenía nombre. No lo decidí yo por que aunque fuera mío,no era para mí.

Las letras de mi nombre no me sirven de nada cuando estoy sola. No me sirven para nada,salvo para pensar que si tengo un nombre,es por que alguien va a nombrarme.¡Van a nombrarme! Vaya,eso significa que existo para los demás,que las letras de mi nombre adquieren un significado fuera de mi soledad.

Y entonces,a oscuras,me encuentro con el nombre que me pusieron,por el que me llaman,por el que preguntan cuando han de comunicarme algo.Es uno de mis símbolos de identidad,es mi nombre,mi representación para los demás,aquello que evoca mis rasgos y mi personalidad con sólo nombrarlo.

Los nombres a nosotros mismos nos sirven para que los demás puedan referirse a nosotros.Y es que las letras no evocan significados,si no que son meros referentes,se refieren a las personas que nombran,pero obviamente no son la persona de carne y hueso.Aquello a lo que se refiere,somos nosotros.

Los nombres sirven para que se dirijan a nosotros y no a otros. Nos diferencian,nos dan una identidad.

Al igual que los nombres,los apellidos son parte de ésa identidad.Cuentan que los nombres,en un principio solían referirse a alguna cualidad de la persona que la hacía resaltar respecto a los demás,nombres como Modesto,por ejemplo,se refieren a la forma de ser de la persona.A veces se utilizan apodos por este mismo motivo.

Entonces,si queremos existir para los demás tenemos que tener nombre. La frase típica de "hacerse un nombre" viene a representar ésta idea,cuanto más famoso y distintivo se hace nuestro nombre,más te diferencias respecto a los demás.

"Hay dos únicos caminos que llevan al máximo encumbramiento de un nombre: el primero, que un nombre común se convierta en nombre propio. Es el caso de Dios, que al eliminar de la cultura en que se instaló a los demás dioses, se quedó con el nombre en exclusiva, elevándolo a lo más alto. El segundo camino es el inverso: que un nombre propio se convierta en nombre común, de manera que deja sin significado a los demás nombres propios. Éste es el caso de la ASPIRINA, que por la sola fuerza del nombre ha cerrado el mercado a cualquiera que quiera vender ese mismo producto con cualquier otro nombre."

Nosotros,como cualquier producto cualquiera,para vendernos necesitamos un nombre,un nombre propio cuyo máximo referente seamos nosotros mismos. Así encontramos las personas nuestra identidad en la sociedad,haciéndonos un nombre,grande o pequeño,de acuerdo a las necesidades de cada uno,pero a fin de cuentas un nombre.Por que los hombres no podemos ser felices sin existir para los demás,el nombre de las personas adquiere un gran valor en la vida de las mismas.